| Nombre del producto | Graciola |
| Utilizado para | Para perder peso |
| Principio activo | Piña en polvo |
| Forma de fabricación | Polvo |
| Número de artículo | 425–668–449 |
| Disponibilidad | Disponible |
La Graciola es un polvo adelgazante que ayuda a acelerar el metabolismo y a reducir el apetito. Ayuda al organismo a quemar grasas de forma más eficaz y favorece el control del azúcar en sangre. El suplemento también tiene un efecto desintoxicante, mejorando su salud en general.
Polvo para preparar una bebida para adelgazar. Un envase de Graciola contiene 100 gramos de polvo.
Graciola debe almacenarse cuidadosamente de acuerdo con las condiciones del envase
La fecha de caducidad del producto se indica en la parte posterior del envase
Sin receta médica
100 gramos
Graciola es seguro y no provoca reacciones adversas.
El suplemento no está recomendado para niños menores de 14 años.
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Graciola es un complemento en polvo formulado para apoyar procesos relacionados con el control de peso y la gestión de hábitos alimentarios. Combina extractos y polvos vegetales como piña en polvo, alcachofas, semillas de lino, semillas de chía y berenjena, ingredientes conocidos por su aporte de fibra, compuestos vegetales y efectos saciantes. Este producto está diseñado para integrarse en un plan integral que incluya alimentación balanceada y actividad física regular, aportando nutrientes y propiedades funcionales que favorecen la sensación de saciedad, el tránsito intestinal y el equilibrio digestivo.
La piña en polvo conserva componentes de la fruta fresca como vitamina C, fibras solubles y bromelina en pequeñas cantidades según el proceso de deshidratación. La fibra soluble contribuye a retardar el vaciado gástrico y a mantener la sensación de saciedad tras las comidas, mientras que la vitamina C apoya procesos antioxidantes y la función inmunitaria.
La alcachofa es una fuente de compuestos fenólicos, cinarina y fibra dietética. Estos componentes favorecen la digestión y la salud hepática en el marco de una dieta equilibrada. La fibra y los prebióticos presentes en la alcachofa facilitan el tránsito intestinal y promueven una microbiota intestinal más diversa, lo que puede repercutir positivamente en la regulación del peso corporal.
Las semillas de lino aportan ácidos grasos omega-3 en forma de ácido alfa-linolénico, fibra soluble e insoluble y lignanos. Su combinación de fibras y grasas saludables contribuye a la sensación de saciedad y a la regulación del tránsito intestinal. Además, los lignanos tienen actividad antioxidante y pueden influir en el metabolismo hormonal cuando se consumen como parte de una dieta variada.
Las semillas de chía destacan por su capacidad de absorber agua y formar un gel viscoso. Esta propiedad genera un efecto saciante, que ayuda a controlar la ingesta calórica entre comidas. Las chía también aportan fibra, proteínas vegetales y micronutrientes como calcio y magnesio, lo que las convierte en un componente útil para mejorar la calidad nutricional del batido o preparación.
La berenjena, en forma de polvo deshidratado, conserva fibra, compuestos fenólicos y antioxidantes como nasunin. Su aporte de fibra soluble e insoluble contribuye al control del apetito y al mantenimiento de la regularidad intestinal. Los compuestos antioxidantes ayudan a proteger las células frente al estrés oxidativo derivado de la dieta y el estilo de vida.
Mejora de la saciedad: la combinación de fibras solubles e insolubles procedentes de piña, chía, lino, berenjena y alcachofa ayuda a prolongar la sensación de plenitud tras la ingesta.
Apoyo al tránsito intestinal: las fibras y prebióticos facilitan el movimiento intestinal regular y contribuyen a una microbiota más equilibrada.
Control del apetito entre comidas: el efecto gelificante de la chía y la fibra del lino y la berenjena ayudan a reducir la necesidad de picoteo, aportando una herramienta práctica para cumplir con planes calóricos.
Contribución al equilibrio nutricional: el polvo vegetal aporta micronutrientes y compuestos bioactivos que complementan la alimentación diaria, sin reemplazar alimentos completos.
Versatilidad de uso: se puede preparar en batidos, mezclas con yogur, agua o bebidas vegetales, facilitando su incorporación en distintos momentos del día.
Graciola actúa a través de mecanismos nutricionales y físicos más que por efectos farmacológicos directos. Sus fibras forman matrices en el tracto digestivo que ralentizan la absorción de nutrientes y prolongan la sensación de saciedad. Los componentes vegetales y prebióticos modulan la función intestinal y pueden favorecer una microbiota más diversa y eficiente en la fermentación de fibras, lo que a su vez genera ácidos grasos de cadena corta beneficiosos para la salud metabólica.
Adicionalmente, ingredientes como la alcachofa aportan compuestos que apoyan la digestión de lípidos y el bienestar hepático en el contexto de una dieta equilibrada. La combinación de semillas de lino y chía aporta ácidos grasos esenciales y una matriz viscosa que ayuda a controlar los picos de glucosa postprandiales cuando se consumen con las comidas.
La dosis recomendada de Graciola suele establecerse en función del objetivo y de las necesidades individuales; una pauta práctica común es 1–2 cucharadas soperas (aprox. 10–20 g) al día, disueltas en 200–300 ml de agua, jugo natural o bebida vegetal. Para adaptar la ingesta a tolerancia y preferencia, se puede iniciar con una dosis menor y aumentarla progresivamente.
Batido matutino: mezclar la dosis en agua o leche vegetal con una porción de fruta fresca para un desayuno nutritivo y saciante.
Antes de la comida: tomar la mezcla 30 minutos antes de la comida principal para reducir el apetito y ayudar a controlar la cantidad ingerida.
Como complemento en yogur o avena: espolvorear sobre yogur natural o copos de avena para añadir textura, fibra y nutrientes.
Para evitar la formación excesiva de grumos, mezcle Graciola primero con un volumen pequeño de líquido y después incorpore más líquido mientras bate o agita. Permitir reposar la mezcla durante 3–5 minutos mejora la hidratación de las semillas y la percepción de saciedad. Si se desea una textura más espesa, utilice menos líquido o deje reposar más tiempo.
Graciola es más eficaz cuando forma parte de un enfoque integral de control de peso. Combine su consumo con:
Alimentación balanceada: priorizar frutas, verduras, proteínas magras y fuentes de grasa saludable.
Actividad física regular: ejercicio aeróbico y de fuerza para preservar masa muscular y mejorar el gasto energético.
Hidratación adecuada: consumir suficiente agua favorece la función renal y la hidratación de las fibras para un mejor efecto saciante.
Sueño y manejo del estrés: el descanso y la reducción del estrés influyen en hormonas relacionadas con el apetito y el almacenamiento energético.
Antes de incorporar Graciola a la rutina diaria, considere las siguientes recomendaciones:
Si padece alguna condición digestiva crónica (por ejemplo, enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome de intestino irritable con predominio de estreñimiento o diarrea), consulte a su profesional de salud antes de usar suplementos con alto contenido de fibra.
Las personas con historial de obstrucción intestinal o que toman medicamentos que requieren una absorción controlada deben consultar al médico. La fibra puede alterar el tiempo de tránsito y la disponibilidad de algunos fármacos.
Ante embarazadas, lactantes o personas con condiciones médicas específicas, es recomendable la evaluación profesional previa.
Respete las dosis recomendadas para minimizar molestias gastrointestinales como distensión o gases. Inicie con dosis reducidas y aumente gradualmente mientras mantiene una adecuada ingesta de líquidos.
Graciola se elabora a partir de materia prima vegetal deshidratada y molida. Para asegurar la conservación de nutrientes y la seguridad microbiológica, se recomienda almacenar el producto en un envase hermético, protegido de la luz y la humedad, a temperatura ambiente. Verifique siempre la fecha de caducidad y las condiciones del envase antes de consumir.
Además de batidos, Graciola puede integrarse en distintas preparaciones culinarias:
Mezclar con purés o cremas frías para añadir densidad nutricional.
Añadir a masas de pan o galletas caseras para aumentar el contenido de fibra.
Espolvorear sobre ensaladas o sopas frías para variar textura y aporte de nutrientes.
La sensación de saciedad puede notarse desde las primeras tomas si se utilizan las cantidades recomendadas y se permite el tiempo de hidratación de las semillas. Los cambios en el peso corporal dependen de la adherencia a un plan alimentario y de actividad física; los suplementos de fibra contribuyen pero no sustituyen una intervención global.
Sí, siempre que se respeten las dosis sugeridas y no existan contraindicaciones médicas. Es recomendable alternar la toma con una hidratación adecuada y ajustar la ingesta según la tolerancia individual. Si aparecen molestias digestivas persistentes, suspenda el uso y consulte a un profesional.
Los ingredientes de Graciola son de origen vegetal (piña, alcachofa, lino, chía y berenjena), por lo que es compatible con dietas vegetarianas y veganas. Revise la etiqueta para confirmar que no existan aditivos de origen animal en la formulación o en la trazabilidad del producto.
Graciola puede combinarse con proteínas vegetales o suplementos vitamínicos en la mayoría de los casos. No obstante, si toma suplementos que modifiquen el tránsito intestinal de forma considerable (por ejemplo, ciertos laxantes) o medicamentos con absorción dependiente del tiempo, consulte con un profesional de salud para evitar interferencias.
La dosis recomendada suele situarse entre 10 y 20 g al día según tolerancia y objetivo. Inicie con 10 g y observe la respuesta digestiva; si no presenta molestias, puede incrementar hasta 20 g. Ajuste la cantidad en función del objetivo de saciedad y la composición total de fibra de la dieta diaria.
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